¿Qué son los síntomas de la candidiasis oral?
Los síntomas de la candidiasis oral incluyen una inflamación de la boca, lengua y encías, así como una sensación de ardor y picazón. También pueden aparecer manchas blancas o amarillentas en la boca, lengua y encías, que pueden ser dolorosas al tacto. Otros síntomas incluyen mal aliento, dificultad para tragar, dolor al masticar y una sensación de sequedad en la boca.
¿Cómo se diagnostica la candidiasis oral?
La candidiasis oral se diagnostica mediante un examen físico de la boca. El médico puede tomar una muestra de la lesión para examinarla bajo un microscopio. Esto ayudará a determinar si hay hongos presentes. El médico también puede realizar una prueba de detección de antígenos para detectar la presencia de hongos. Si el médico sospecha que la infección es causada por una bacteria, puede realizar una prueba de cultivo para determinar el tipo de bacteria presente. El médico también puede realizar una prueba de detección de anticuerpos para determinar si el paciente ha estado expuesto a la infección. Estas pruebas ayudarán al médico a determinar el mejor tratamiento para la candidiasis oral.
¿Cómo se trata la candidiasis oral?
La candidiasis oral es una infección fúngica común que afecta la boca y la garganta. Esta infección se produce cuando el hongo Candida albicans se multiplica en exceso. Los síntomas de la candidiasis oral incluyen dolor, ardor, enrojecimiento, úlceras y manchas blancas en la boca.
El tratamiento de la candidiasis oral depende de la gravedad de los síntomas. En casos leves, el tratamiento puede incluir el uso de enjuagues bucales con soluciones antifúngicas, como el fluconazol, el ketoconazol o el clotrimazol. Estos enjuagues ayudan a reducir la cantidad de hongos en la boca.
En casos más graves, el médico puede recetar medicamentos antifúngicos orales, como el fluconazol, el itraconazol o el ketoconazol. Estos medicamentos ayudan a matar los hongos en la boca.
Además, es importante mantener una buena higiene bucal para prevenir la candidiasis oral. Esto incluye cepillarse los dientes dos veces al día con un cepillo suave, usar hilo dental y enjuagues bucales. También es importante evitar el consumo de alimentos dulces y azucarados, ya que estos alimentos pueden alimentar a los hongos.